Potosí es una de las regiones consideradas políticamente más proclives al gobierno del presidente Evo Morales, de acuerdo a los resultados electorales que le otorgaron durante las elecciones generales porcentajes de apoyo mayoritario y quizá los más amplios en relación a otros departamentos del país.
Este mismo departamento, sin embargo, está expresando que los intereses regionales referentes a problemas de límites, defensa de recursos naturales y otras obras de beneficio colectivo están por encima de las preferencias que pueden presentarse en épocas electorales. Éste es un dato que tiene que ser analizado con el debido cuidado por el Gobierno y por las autoridades del Ministerio de Gobierno que recurren, en circunstancias en que las protestas regionales desembocan en paros cívicos y medidas de hecho, a descalificarlos señalando, en el caso potosino, como instigador al alcalde René Joaquino, en un esfuerzo gubernamental por ligar la situación del paro indefinido con un proceso legal contra la autoridad edil.
El paro cívico que está ahogando a la población de Potosí y que dura ya seis días tiene que ver con un diferendo de límites con Oruro que se suma a un pliego de peticiones entre los que incluye la defensa del Cerro Rico, la planta de Karachipampa, el aeropuerto internacional y proyectos viales. El paro cívico tiene consecuencias muy graves para la población y para el aparato productivo al estar bloqueados los caminos carreteros.
Más allá de las afirmaciones del Ministro de Gobierno que califica el paro de Potosí como uno donde existen intereses políticos, lo que habría que analizar es un asunto que tiene connotaciones especiales, pero al mismo tiempo complejas, pues engloba un problema de límites que, generalmente, se presentan en el momento en que están en juego riquezas naturales que, a su vez, permite oportunidades de trabajo y vida para sectores poblacionales. El problema de límites entre Coroma en el departamento de Potosí y Quillaca en el de Oruro, tiene que ver con el dominio del cerro Pahua que es un yacimiento rico en piedra caliza, una de las materias principales para la producción de cemento, factorías que representan un anhelo para ambos departamentos.
El problema limítrofe cuando se presenta entre dos departamentos puede constituir uno de los más graves si es que no se adoptan o se encaminan soluciones concertadas entre las partes en litigio y, sobre todo, que tengan fundamentación en documentos y estudios.
En situaciones como las que confrontan los dos departamentos es importante la intervención oportuna del Gobierno mediante sus mecanismos técnicos pero, además, con participación de las autoridades políticas, con el propósito de encontrar caminos de solución, y no como se ha observado en este caso y en otros, cuando los problemas se agudizan hasta llegar a situaciones extremas, originando mayor sufrimiento a la población.
Esta clase de conflictos, también, tiene origen en una reacción de parte del Gobierno que, como los anteriores, sostienen su decisión de no ingresar en un diálogo bajo la justificación de que no puede hacerlo bajo presiones de medidas de hecho, aunque lo evidente es que un Gobierno, cualquier que sea, tiene la obligación de buscar el diálogo en diferentes circunstancias y antes de que los acontecimientos lleguen a niveles donde el diálogo se torne cada vez más complicado.
El conflicto que ha generado el paro indefinido en Potosí y posibles reacciones de Oruro, bajo ningún motivo puede desembocar en enfrentamientos entre pobladores o fuerzas del Gobierno, si aún existen las condiciones para dialogar.
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