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viernes, 9 de diciembre de 2011

Potosí aspira contar con su propio Campo Ferial. Entonces "manos a la obra" deberá ser fruto del esfuerzo propio y de sus instituciones. Juan José Toro

Se trata, entonces, de un nuevo Potosí, uno que ya no piensa tanto en las maldades de un clima que ha pasado a segundo plano sino que pretende recuperar el espíritu emprendedor que siempre tuvo esta ciudad (…). Con razón Cervantes acuñó la frase que nosotros, los nacidos en esta tierra, no nos cansamos de repetir: “Vale un Potosí”
Para nadie es un secreto que Potosí está emplazada en un lugar agreste y de clima hostil, tanto que resulta difícil aceptar que a alguien se le haya ocurrido fundar una ciudad en ese lugar.
Y la verdad es que Potosí nunca fue fundada.
Los españoles que descubrieron los yacimientos de plata del Cerro Rico no tenían intención de quedarse demasiado tiempo así que sólo hicieron edificar unas cuantas casas, a guisa de un campamento minero que debía levantarse cuando se acabe el mineral.
Pero el mineral jamás se acabó y las primeras casas se convirtieron en la ciudad más pujante de su tiempo, tanto que era algo así como Nueva York en los tiempos de mayor auge del capitalismo.
Así, sin necesidad de acto fundacional, Potosí nació, creció y vivió. La gelidez de su clima y la sequedad de su ambiente fueron y son problemas que nunca pesaron tanto como para que la ciudad desaparezca. Quizás lo más cerca que estuvo de eso fue la crisis de 1983, cuando la caída del precio de los minerales en el mercado internacional y la sequía que castigaron a la ciudad provocaron un éxodo masivo que estuvo a punto de condenarla a su abandono total.
Pero Potosí vivió y el mal momento pasó.
Merced al calentamiento global, el clima de Potosí no es el mismo de antes y ahora hasta se puede hablar de días de intenso calor.
La ciudad todavía no es un vergel pero su gente aumentó en cantidad y la nueva bonanza de la minería generó un movimiento económico incluso mayor que en su vecina Sucre.
Hoy en día nadie habla de irse de Potosí y el precio de las casas, anticréticos o alquileres es mayor que en otras ciudades. Los negocios de venta de comidas son rentables y los empresarios dirigen sus miradas a actividades distintas a la minería.
La visión de los potosinos frente a la vida ha cambiado tanto que la actitud y el discurso de sus habitantes son diferentes a los de años recién pasados.
Quizás por eso, la Federación de Empresarios Privados de Potosí, la Cámara de Comercio e Industria, la Cámara Departamental de la Construcción y la Cámara Departamental de Minería se juntaron en un emprendimiento denominado Fundación Nuevo Siglo que organizó la Fiposi.
La Fiposi es la Feria Internacional de Potosí, una que arrancó la anterior semana y todavía se realiza en sectores cubiertos del estadio “Víctor Agustín Ugarte”. La gente que acude hasta allá apenas se da tiempo para visitar los más de 160 stands y algunos de los expositores se quejan porque consideran que el lugar sigue siendo pequeño para sus necesidades. “Es necesario un campo ferial”, dicen.
Pues bien, el principal objetivo de esta feria es conseguir los recursos necesarios para la instalación de un campo ferial en el que Potosí pueda mostrar sus ofertas y recibir las que vienen del interior y exterior del país.
La rueda de negocios está prevista para los últimos días pero reportes preliminares dan cuenta que muchos expositores logran vender sus productos, incluso los importadores de vehículos que trajeron sus últimos modelos a la feria.
Se trata, entonces, de un nuevo Potosí, uno que ya no piensa tanto en las maldades de un clima que ha pasado a segundo plano sino que pretende recuperar el espíritu emprendedor que siempre tuvo esta ciudad y que, por eso mismo, superó todas las adversidades desde 1545, cuando se descubrió la inacabable riqueza de su cerro. Con razón Cervantes acuñó la frase que nosotros, los nacidos en esta tierra, no nos cansamos de repetir: “Vale un Potosí”.