Gratamente me sorprendió ver en la sede de la Federación de Mineros, un monumento a Juan Lechín Oquendo, líder sindical por más de medio siglo, manteniendo por encima de todo la unidad de las diferentes organizaciones sindicales. Creó el Comité Cuadripartido con el MNR, POR, PC y el POR unificando el movimiento obrero. Creó la COB, etc. Cuando pregunté por qué no se lo instalaba en El Prado, donde existe un espacio excelente, me dijeron que el alcalde se opone. Se nota que los alcaldes son herencia de la conquista española ya que precisamente a continuación de El Prado, está la Reina Isabel, en cuyo reinado fueron conquistados y asesinados, sólo en el Cerro Rico de Potosí 10 millones de campesinos. En Cochabamba con la bendición de la Alcaldía están los monumentos del Virrey Toledo, Jerónimo de Osorio, el asesino del Che Guevara y de la Fogata de San Juan, Gral. Barrientos, que además destrozó la educación nacional creando el ciclo intermedio. En Tarata, por favor del Alcalde, saluda al visitante el Gral. Melgarejo que realizó seis masacres a los campesinos, arrebatándoles su tierra a más de 300 mil. Melgarejo regaló 84 fincas a su amante Juanacha Sánchez que gobernaba al país desde el mil veces Palacio Quemado. Hoy, en el Senado de la República con la satisfacción de todos los sectores políticos está el busto de nada menos que de Víctor Paz Estenssoro que asesinó la historia de Bolivia medio siglo, empezando con la entrega de Madrejones a la Gulf Oil a 60 días de su mandato y el Decreto Shock de su cuarto gobierno que tenía 130 decretos en 60 páginas, creando la privatización, lanzando miles de mineros a la calle y otras medidas pronorteamericanas.
Se podrían dar centenas de ejemplos en los nueve departamentos sobre los monumentos esclavistas y racistas, instalados en plazas y calles. Estando de jefe del Seduca me llamaron a una reunión preparatoria de homenaje a Jerónimo de Osorio a fin de que asistan estudiantes y profesores a este homenaje. Me negué terminantemente a la presencia de estudiantes y profesores a rendir homenaje a un conquistador español que no sólo asesinó en 300 años a millones de nativos, sino que robaron tanto dinero que de oro y plata que podía hacerse un puente de cuatro vías desde Cochabamba hasta Madrid. El embajador estaba rojo por el desenmascaramiento a las autoridades que se prestaban a ese homenaje y mantenían semejante monumento de tan grande asesino conquistador. Al homenaje asistieron 93 sobrevivientes de la Guerra del Chaco. El monumento a Lechín merece y tiene derecho de ser colocado en El Prado.