proclamar la reivindicación de Potosí. olvidada por la Colonia. olvidada por la República. olvidada por el Estado masista. un pliego que nunca fue bien atendido. "los aportes masistas" son apenas máscaras, barniz, para cubrir lo esencial que sigue sin atención.
Dejé mi ciudad natal en 1997 rumbo a La Paz, junto a una delegación de notables: Oscar Bonifaz, Simón Reyes, Tomás Delgadillo, Enrique Bacinello encargados por el Comité de Defensa de los Intereses de Potosí (Codeipo) de presentar ante el flamante Hernán Siles Zuazo un pliego petitorio con la recomendación de no regresar, “con las manos vacías”. Todas las noches a las 21.00 me pidieron trasmitir por radio Amauta, de Genaro Saavedra, el resultado de las negociaciones. ¡Cumplí fielmente mi tarea!
El Jefe de Estado nos dispensó un trato cordial, accedió a parte de nuestro pedido como recuerdo bien al haber encomendado a Guillermo Bedregal (Ministro Secretario) entregarnos por ejemplo una planta hidroeléctrica para la ciudad de Tupiza. La comitiva regresó a la Villa Imperial, aunque Saavedra Pérez, me dijo: cuánto ganas en Potosí, 400 fue la respuesta (una mentira piadosa, porque mi salario en radio Potosí no llegaba a los 250) pues bien, te pagaré el doble apenas regreses.
Mi experiencia laboral en Amauta y Aspiazu, más mi traslado a Siglo XX para iniciar tareas en Pio XII, la radioemisora católica de los Oblatos de María Inmaculada, me alejaron for ever de mi solar natal. Sin embargo, aquella canción aprendida de su autor Humberto Iporre Salinas, en el Colegio Franciscano, “Soy potosino de la hermosa tierra” jamás se borró de mi mente y ha sido siempre motivo de orgullo para educar a los míos en el amor a Bolivia, pero sobre todo amor a Potosí.
Tierra de portento Potosí por su riqueza argentífera llegó a cobrar tal fama que se extendió por el mundo. Por la plata potosina nació el Rio de la Plata, la ciudad de La Plata, y la riqueza extraída repuso la economía Ibérica. Al pagar España sus cuantiosas deudas con Alemania, Italia, Francia permitió que estas naciones edificaran obras que se expresan en sus catedrales y palacios, al punto que “Las venas abiertas...” del uruguayo Galeano califican este aporte como el mayor del continente.
La riqueza de la Villa Imperial de Carlos V, atrajo tal población interesada en la fiebre de la plata, que por los 1700 sumó más que Buenos Aires o Londres y algunos estudiosos describen que este fenómeno dio origen al “moderno capitalismo” que se potencia con la explotación de sus ingentes minerales como el estaño, el zinc, el bismuto, el cobre aparte de los metales preciosos.
El triste, y hasta hoy injusto, trato a Potosí, rebela nuestro espíritu y jamás podremos dejar de lado la reivindicación que se merece esa tierra bendita!
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