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martes, 19 de abril de 2011

Potosí continúa ofreciendo el fruto de sus entrañas. tres mil toneladas de concentrados por día enriquecen a ciertos mineros que por el sistema cooperativo explotan a los recién llegados mientras los hundimientos alarman a los potosinos impotentes de detenerlos

Un nuevo hundimiento ha provocado alarma en la cúspide del Cerro Rico de Pototsí, llegando actualmente a un radio de 38 metros y una profundidad de 30 metros”, aseguró Lourdes Tapia Montecinos, coordinadora de la Liga de Defensa del Medio Ambiente (Lidema) en Potosí. 

  “Lamentablemente en la actualidad los hundimientos, fisuras y fallas, están empeorando: en junio del 2010 el hundimiento alcanzó un radio de 30 metros y una profundidad aproximada de 10 metros. Hoy esa profundidad es 300 por ciento más que hace nueve meses y el radio 30 por ciento más”, aseguró. 

Es probable que este hundimiento siga creciendo en radio y profundidad, debido a que en el área circundante al hundimiento existe roca suelta que está en proceso de fragmentación y que podría caer de la cumbre. El Estudio Geotécnico de Estabilidad del Cerro Rico de Potosí que realiza el Servicio Geológico Técnico de Minas (Sergeotecmin) identificó al menos cinco zonas de alto riesgo y seis zonas calificadas como “amenaza de moderado riesgo”. 

  “El Decreto Supremo Nº 27787, que prohíbe la extracción de mineral entre las cotas 4.400 y 4.700 msnm, ha sido totalmente vulnerado debido a la irresponsabilidad de los mineros y de las autoridades de la COMIBOL, que han permitido dicha situación, ya que muchas minas que estaban tapiadas han sido nuevamente abiertas para su explotación”, aseguró Lidema en Potosí. 

Existen criterios diversos sobre quién o quiénes habrían realizado esta explotación, de hecho la empresa Manquiri ha operado en este sector; pero debido a las movilizaciones de COMCIPO habrían suspendido esas labores. Por otro lado, según los cooperativistas, serían personas particulares a quienes habría favorecido el actual gerente regional de la COMIBOL. Sin embargo también se ha evidenciado que existen algunas cooperativas operando en este sector. “Lo cierto es que la cumbre del cerro rico sigue siendo explotada y corriendo serio riesgo de mayores hundimientos”, aseguró por su parte Rosario Tapia, Presidenta de la Sociedad Potosina de Ecología. 

  Debido a esta grave situación, el Comité Cívico Potosinista y la Central Obrera Departamental, ya presentaron una denuncia formal ante el Ministerio Público por el deterioro de la cúspide del Cerro en contra de las autoridades regionales de la COMIBOL, específicamente al gerente regional Gabriel Arancibia López, al abogado Antonio Santos Orellana y al funcionario Jesús Odilón Cardozo. 

Esta denuncia debe ser investigada por la Fiscalía, quedará finalmente el resultado de las pruebas presentadas en contra de estos 3 funcionarios de la COMIBOL regional, quienes habrían permitido el trabajo por encima de la cota 4.400, pese a la existencia de una norma legal que prohíbe este hecho. 

  El Cerro Rico de Potosí, Patrimonio de la Humanidad, en la época colonial tenía 5.183 msnm, una  circunferencia de una legua (5.573 m) y la cúspide se asemejaba a un cono perfecto. Este yacimiento era una roca ígnea cuya masa interior se encontraba repleta de metales como plomo, estaño, cobre, hierro pero sobre todo plata, en la que trabajaban alrededor de 4 mil hombres al día en las 5.000 bocaminas y socavones, muchos de los cuales se interconectaban entre sí, y se extraía unos 2 mil millones de onzas de plata. 

En 1964 esta altura se redujo a 4.786 msnm, y la circunferencia se había ampliado a 6.550.000 metros. Actualmente esa altura es aún mucho menor, se tiene aproximadamente 41 cooperativas trabajando con unos 12 a 15 mil hombres, se han identificado unas 610 bocaminas, de las cuales 420 están habilitadas y 120 son utilizadas a diario por los cooperativistas, según últimos informes existe un sistema de galerías y socavones que en total equivalen a 90,4 kilómetros de galería que pasan de forma horizontal y vertical por el interior del cerro. 

Actualmente se extrae aproximadamente 3 mil toneladas de concentrados por día del Cerro Rico de Potosí, y las grandes cantidades de mineral extraído han dado lugar a la existencia de enormes “saloneos”, que son espacios vacíos de miles de cubos.