segmento destacado de un subeditorial de El Dia, refiriéndose al conflicto en Potosí...

Potosí está en pie de guerra; paro total de una semana y decisión de aguantar “hasta las últimas consecuencias”. Hay reivindicaciones añejas, pero demuestran sobre todo el desencanto con la propuesta política de “cambio”, en la que los pueblos indígena originario campesino tenían la oferta del oro y el moro con su derecho reconocido en la CPE a la libre autodeterminación y el autogobierno. No están sólo las élites urbanas en la protesta, están los ayllus, obreros y trabajadores mineros, con fuerte tradición de lucha por reivindicaciones sociales. Y con mucha razón. No es aceptable que Potosí, que lo ha dado casi todo durante la Colonia y la República, esté ahora con el Estado Plurinacional viendo cómo se derrumba el Cerro Rico, que cubre sus espaldas, sin recibir la atención que merece; por siglos sus entrañas engordaron fantásticas fortunas mientras el pueblo emigra huyendo de la miseria. La cuestión de límites con Oruro envenena la relación próxima entre quechuas y otros pueblos originarios. Allí se vive “el tinku” mientras el gobierno se afana en la búsqueda de piloto para el nuevo avión del presidente.