El Cerro Rico de Potosí tiene cuatro grandes áreas de riesgo absoluto, según señala el diagnóstico para sistemas de sostenimiento de macizos rocosos en sectores de riesgo geológico del lugar, presentado ayer por el Servicio Nacional de Geología y Técnico de Minas (Sergeotecmin).
El documento fue explicado por el director técnico del Sergeotecmin, Richard Zenteno Pocoata, quien pidió intervención inmediata a los cuatro sectores.
El Director enumeró que la cúspide del cerro y las laderas noroeste, sudoeste y norte son las que presentan un mayor riesgo geológico y las más propensas a enfrentar hundimientos.
Se detalló que las principales labores mineras tienen alta concentración de galerías que causan zonas de baja resistividad. Por tanto, deben ser rellenadas.
Datos históricos señalan que en el Cerro Rico de Potosí se llegaron a habilitar hasta 5.000 labores mineras de las cuales solamente se pudo inventariar 610, por lo que los estudios técnicos tienen sus limitaciones.
Se remarcó que el control litológico y estructural influye sobre la calidad del macizo rocoso, lo que significa que existe cada vez mayor fragmentación de la roca y, por ende, es cada vez mayor la posibilidad de que se presenten hundimientos, como los que ocurrieron en la parte alta del yacimiento.
Como las labores mineras se encuentran una encima de otra, así como los saloneos, el yacimiento quedó con alto deterioro que podría tener sus efectos negativos en cualquier momento.
La situación es tan grave que existen rajos de explotación sobre las vetas de más de 800 metros, es decir, que se trabajó de forma masiva dejando en medio de la roca un enorme vacío que por el deterioro de la roca constituye un peligro.
Cumbre fragmentada
Siempre de acuerdo al informe presentado ayer por el Sergeotecmin, “el hundimiento de la cúspide del Cerro Rico de Potosí ocurre en una zona de intersección de tres sistemas de fallas mineralizadas, el macizo de roca presenta una mayor persistencia e intersección de varias familias de discontinuidades”.
Se remarca que el sector es propenso a la formación de grandes cavidades, más aún cuando se realiza una explotación masiva.
Debido a la fracturación de la roca y la presencia de vacíos por debajo, es que en julio de 2010 se produjo un primer hundimiento en la cumbre y otro más pequeño en agosto de este año.
El experto dijo también que las refacciones demandarán un costo millonario a razón de 422 dólares por metro cúbico, aunque aún no se hizo la cuantificación total. (Informe aparecido en Los Tiempos, Cochabamba)
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